jueves, 5 de mayo de 2022

GANADOR 6º E.P. “CUÉNTAME UN CUENTO Y VERÁS QUE CONTENTO” – Curso 2021-2022

Ganadora: Azucena Ramajo Martín

EL TESORO DEL TEMPLO ESCONDIDO

Cuenta la leyenda, que en algún lugar del mundo, muy bien escondido, se oculta un gran tesoro. Aunque no se sepa de qué se trata: de oro, diamantes, o simplemente alguna fruta, lo que sí se sabe de él es que está escoltado por varias trampas y peligro.

- Abuela, ¿Y ti cómo sabes eso?- Preguntó Emma, la hermana más pequeña de los dos.

- Pues Emma, está claro que se lo han contado, igual que a ti-  Contestó Marta, la hermana mayor.

- O tal vez lo haya vivido- Dijo la abuela en bajito para que no la escucharan.

- Bueno chicas, ya está bien por hoy, ¡A dormir! –

La abuela se fue de cuarto de las niñas y cerró lentamente la puerta.

Marta, esa noche no pudo dormir, y por la mañana, al ver que su abuela no estaba en casa, decidió entrar a su habitación para ver si encontraba algo que le diera pistas para saber si su abuela había vivido aquella leyenda. De repente, Marta abrió un cajón de la mesilla de su abuela y, algo que parecía una foto, calló al suelo. Inmediatamente cerró el cajón y se sentó en la cama. Abrió la “foto” y se dio cuenta de que aquello no era una foto sino ¡Un mapa!

Marta corrió a enseñársela a su hermana y ella no se lo pensó dos veces: prepararon las mochilas con todo lo necesario y se fueron a buscar el tesoro.

Estuvieron andando durante todo el día y ya estaban muy cansadas. Cuando de pronto, se dieron cuenta de que habían encontrado el primer campamento que el mapa les marcaba. Había muchísimas tiendas de campaña, y se dieron cuenta que en una ponía su nombre. Decidieron entrar, y dentro había un saco de dormir para cada una y un kit de supervivencia encima de cada saco. Se quedaron asombradas y se preguntaban quién les había preparado todo eso. Al final, cada una entró en su saco y durmieron toda la noche del tirón.

Al día siguiente se levantaron, cogieron sus cosas y se fueron al siguiente campamento. Éste no estaba tan lejos, y llegaron de día. Al entrar de nuevo a otra tienda de campaña, donde también ponía su nombre, encima de cada saco, esta vez, encontraron un pequeño amuleto para cada una. Ellas no entendían para qué iban a utilizarlo, pero decidieron llevárselo también. Descansaron de nuevo en sus sacos y al día siguiente hicieron lo mismo: se levantaron, cogieron sus cosas y se fueron.

- La última parada es el templo Emma- dijo Marta.

- ¡Por fin! – Exclamó Emma.

Cuando por fin llegaron a templo, no se lo podía creer, ¡Habían llegado! Al fijarse muy bien en las enormes puertas del templo, se dieron cuenta que tenía que colocar sus amuletos, los pusieron y entraron. El suelo comenzó a temblar. Emma se cayó y tuvieron que dejar el tesoro atrás. Pero Marta no se arrepintió, porque dijo que prefería tener a su hermana antes que un miserable tesoro.

Gracias a ellas, los arqueólogos pudieron recuperar el tesoro y nombrar a Marta y Emma descubridoras del tesoro del templo escondido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario